¿Qué es la huella de carbono?

29 de marzo de 2022

𐫴Sostenibilidad

El concepto de la huella de carbono nace como una forma de estimar el coste del impacto medioambiental acumulado que tienen cada una de las actividades que llevas a cabo en tu día a día.

Cada actividad humana, empresarial o industrial se puede traducir en una huella de carbono aproximada que nos ayuda a visualizar, en términos de contaminación, cuál es el coste que tiene para el planeta la necesidad de absorber y reparar el daño generado por esas actividades concretas. Es, por tanto, la huella de carbono, una herramienta que puede ayudarte a ganar concienciación y a ser más consciente sobre el impacto de cada una de estas acciones rutinarias: desde usar tu teléfono móvil, a desplazarte a tu lugar de trabajo o de estudios, a utilizar los pequeños electrodomésticos en tu hogar o a algo tan habitual como realizar tus compras diarias o semanales.

Por ello, hoy queremos dedicar uno minutos a contarte qué es la huella de carbono y en qué consiste exactamente esta forma de cuantificar el impacto ambiental de todas estas actividades que llevas a cabo en tu vida normal. También veremos cuáles son las consecuencias para el medio ambiente de esta generación de impacto ambiental asociada a tu huella de carbono y qué puedes hacer para mantenerla en niveles moderados. Por último, veremos cómo puedes ayudarnos a cuidar del medioambiente y reducir tu huella de carbono con una acción tan sencilla como hacer tu compra de frutas y verduras frescas con Freshis.

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¿Qué es la huella de carbono?

Cada una de las actividades que llevas a cabo en tu rutina diaria tiene asociado un consumo, mayor o menor, de energía y de recursos naturales. También una serie de costes ambientales directos relacionados con la generación de residuos. Una forma de estimar de manera aproximada el impacto acumulado de todas estas actividades es a través del cálculo de su huella de carbono. Para ello, lo que hacemos es cuantificar estos impactos y costes ambientales en términos de cantidad de emisiones de CO2 y de gases de efecto invernadero (GEI).

Las emisiones de CO2 y de otros gases de efecto invernadero son los contaminantes más comunes que podemos encontrar en la atmósfera y en el resto del planeta. Y es que todas las actividades humanas, y la mayor parte de los procesos naturales, generan una determinada cantidad de emisiones de CO2. Piensa, por ejemplo, que por el simple hecho de respirar, ya estás consumiendo oxígeno y expulsando dióxido de carbono.

Sin embargo, hay unos niveles aceptables de emisiones que el planeta, a través de sus propias dinámicas medioambientales, puede llegar a neutralizar y equilibrar. Principalmente a través del metabolismo de las plantas, de algunas algas y de otros seres vivos del reino vegetal, que captan CO2 de la atmósfera y lo convierten en oxígeno renovado a través de la fotosíntesis.

El problema surge cuando se llevan a cabo acciones especialmente contaminantes que superan esta capacidad de absorción de CO2 y de gases de efecto invernadero del planeta. Acciones como la combustión de gases fósiles o la ganadería y la agricultura intensivas. O cuando destruimos las herramientas que el planeta tiene para absorber este CO2: a través de la deforestación y de la destrucción de grandes masas de bosque; de la liberación de agentes tóxicos y contaminantes a la tierra, la atmósfera y los mares; etc.

En este contexto, la huella de carbono es concepto de métrica que nos permite cuantificar el volumen de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero que podemos asociar a una determinada persona o a un grupo de personas, a una empresa, a un país, a un sector económico, a una determinada sociedad, o a la producción y el consumo de un determinado producto o de un servicio concreto.

Para hacerlo, se mide la masa de CO2 equivalente de, por ejemplo, el conjunto de actividades de una persona, emitidas en un determinado período de tiempo. Y se expresa en toneladas de CO2 equivalente, o CO2e.

De esta forma, podemos hacer estimaciones y mediciones del impacto ambiental asociado a determinadas entidades o actividades, o realizar análisis comparativos. Así, podemos determinar, por ejemplo, que la huella de carbono de España en 2020 en 2020 fue equivalente a 209 millones de toneladas de CO2e. O que China, Estados Unidos, India, Rusia y Japón fueron los 5 países más contaminantes durante aquel año.

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¿Qué repercusiones ambientales tiene tu huella de carbono?

Las repercusiones de una huella de carbono elevada tienen que ver con un aumento de la contaminación medioambiental en tu entorno y, de manera global, en el resto de la naturaleza y del planeta.

Así, un nivel de emisiones de CO2 y de gases de efecto invernadero elevados contribuye a acelerar procesos tan nocivos y peligrosos como el calentamiento global y el cambio climático, con todos los desastres medioambientales que estos conllevan a su vez: subida del nivel del mar y pérdida de zonas costeras y de litoral, deshielo de las grandes masas de heladas del planeta, acidificación de los océanos, destrucción de la capa de ozono, pérdida masiva de biodiversidad, empeoramiento de la calidad del aire, y un larguísimo etcétera.

¿Qué puedes hacer para reducir tu huella de carbono?

Según datos de la ONG The Nature Conservancy, cada ser humano del planeta genera, de media, unas 4 toneladas de CO2e por año. Unas cifras que se pueden ver reducidas o aumentadas según el estilo de vida que llevemos, pudiendo multiplicarse hasta por 4 en el caso de un ciudadano medio de EEUU. Hoy en día, es fácil estimar tu huella de carbono a través de muchas de las calculadoras de CO2 que puedes encontrar en la red, como esta que ofrece la ONU. Con estas herramientas puedes calcular el nivel equivalente de emisiones de CO2 asociado a tu día a día, partiendo de parámetros como tu consumo energético mensual, el tamaño de tu vivienda, tus hábitos de transporte, tus hábitos de alimentación, tu nivel de generación de residuos o el origen y la naturaleza de tus fuentes de energía. Conociendo tu huella ecológica y el impacto ambiental que tu vida diaria tiene para el planeta, será más fácil que te conciencies sobre la importancia de modificar tus hábitos hacia un estilo de vida más responsable y sostenible. Y en este sentido, algunas de las pequeñas acciones que puedes introducir en tu día a día para ayudar a reducir tu huella de carbono podrían ser estas:

  • Reducir tu consumo de energía y elegir proveedores de energía limpia que apuesten por las fuentes de energía renovables.
  • Caminar, usar la bici o el transporte público antes de coger el coche.
  • Utilizar electrodomésticos de bajo consumo.
  • Reducir tus compras a lo realmente necesario, priorizando siempre opciones de economía circular, como la reutilización o el reciclaje.
  • Ser consciente y responsable con tu generación de residuos.
  • Convertirte en un consumidor responsable, priorizando la adquisición de bienes y productos locales, de proximidad y de producción sostenible.

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Así puedes reducir tu huella de carbono comprando en Freshis

Realizar tu compra habitual de frutas y verduras frescas en Freshis es una de las formas más fáciles y cómodas de reducir tu impacto ambiental en el planeta. Así, Freshis supone una reducción de la huella de carbono acumulada con respecto a los procesos de compra, de logística y de distribución de frutas y verduras convencionales que funciona a tres niveles:

  1. En primer lugar, reducimos el impacto ambiental generado por los procesos de logística de entrada de las frutas y verduras frescas y de temporada, directamente desde el campo, hasta el almacén de Freshis. Algo que hacemos seleccionando productores de proximidad que cultivan y producen los alimentos en los alrededores de tu ciudad, a través de medios sostenibles, respetuosos con el medioambiente y ecológicos. Además, empleamos algoritmos para poder producir estos alimentos en base a estimaciones de demanda, con lo que logramos minimizar el desperdicio alimentario y el despilfarro de recursos que supone.

  2. En segundo lugar, minimizamos la huella de carbono relacionada con la logística de salida de tus pedidos de frutas y verduras. Para hacerlo, empleamos vehículos eléctricos de gran autonomía para optimizar el reparto de última milla. Así, te llevamos tu compra de frutas y verduras a casa en menos de una hora, directamente desde las manos de quienes las producen en el campo.

  3. Y por último, reducimos la huella de carbono asociada al packaging. Algo que hacemos minimizando el uso de envoltorios, empleando siempre materiales reciclados y reciclables y cajas y otros envases retornables.

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¿Nos ayudas a construir un mundo con menos CO2 a la vez que te alimentas con productos saludables y de la mejor calidad?

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