Diferencias entre producto ecológico, bio, orgánico y sostenible
Una buena alimentación es una de las claves fundamentales que debes tratar de cumplir para gozar de una vida sana. Dentro de los 12 consejos más habituales que la Organización Mundial de la Salud nos invita a seguir para mantenernos sanos, llevar una dieta saludable se sitúa siempre en el primer puesto de la lista. El resto de consejos de la OMS siguen por la misma línea de adoptar hábitos propios de un estilo de vida activo y sano, como pueden ser practicar ejercicio a diario, seguir las recomendaciones médicas sobre vacunación, alejarse del consumo de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco, tratar de gestionar adecuadamente el estrés o someterse a revisiones médicas de manera regular.
En lo que a la alimentación se refiere, las recomendaciones de la OMS y de la comunidad médica en general apuntan a seguir dietas ricas y variadas en nutrientes. Dietas basadas principalmente en el consumo de frutas, verduras y otros alimentos de origen vegetal y que te permitan mantener el equilibrio entre el aporte calórico de la ingesta de alimentos y el gasto energético de tu estilo de vida. Y, en general, que limiten también el consumo excesivo de alimentos ricos en grasas saturadas, azúcares y sal; y de alimentos sobreprocesados.
Siguiendo estos consejos te será más fácil mantenerte saludable, sentirte mejor y dificultar la aparición de las enfermedades llamadas “no transmisibles”. Este sería el caso de la mayoría de las enfermedades cardíacas y vasculares, la diabetes, el cáncer o muchas de las enfermedades degenerativas más comunes.
Pero para poder llevar una dieta sana, es imprescindible estar correctamente informado sobre qué es lo que comes. Y a veces esto no es tan sencillo como cabría esperar. Sobre todo a partir de la proliferación de toda una serie de términos relativos a los productos alimentarios que, en muchas ocasiones, se emplean más como herramientas de marketing que como aportes de información sobre los alimentos en sí.
Por ello, hoy queremos contribuir a que tengas más información sobre qué es lo que llevan los productos que llevas a tu mesa. Una información que te sea útil para decidir sobre qué alimentos te interesa comprar de forma consciente y responsable. Y para hacerlo, vamos a explicar las principales diferencias que existen entre los términos ecológico, bio, orgánico y sostenible. Adjetivos habituales en el contexto de una alimentación sana que muchas veces, y de manera errónea, entendemos como sinónimos.
Diferencias entre producto ecológico, bio, orgánico y sostenible
Para entender bien cuáles son las diferencias que hay entre cada uno de estos conceptos, lo ideal es que conozcas una definición de cada uno de ellos. Te las ofrecemos a continuación.
¿Qué es un producto ecológico?
Entenderíamos como ecológicos aquellos productos de alimentación que se obtienen mediante procesos de cultivo y producción naturales. Es decir, en los que se respetan los tiempos y ciclos vitales naturales de las especies. Lo que se traduce en que no se emplean fertilizantes ni abonos químicos o artificiales, ni pesticidas, ni tampoco se recurre a la manipulación genética de las especies para aumentar la producción o para mejorar artificialmente las características de los alimentos finales.
Este tipo de alimentos no solo resultan más sanos y naturales que los de producción industrial al estar libres de aditivos alimentarios. Además, su producción resulta mucho más respetuosa con el medioambiente, siendo menos contaminante y consumiendo menos recursos naturales y energía.
Para facilitar su identificación y regular el buen uso del término “ecológico”, las autoridades de la Unión Europea han desarrollado un reglamento específico en el que se recogen las normas de actuación a la hora de etiquetar este tipo de productos. Y además, han diseñado también un distintivo característico para este tipo de productos ecológicos: el logotipo ecológico de la UE..
¿Qué es un producto bio?
En un sentido menos estricto, los productos de alimentación denominados “bio” —como forma abreviada de biológicos— serían aquellos producidos sin recurrir a la manipulación genética o a otras técnicas de laboratorio. Por ejemplo, en el caso de las frutas y las verduras, podríamos hablar de frutas, verduras u hortalizas bio cuando no se recurre a la mejora artificial de su color o apariencia a través del uso de colorantes, conservantes, ceras, etc.
Sin embargo, la principal diferencia con los productos ecológicos reside en que los “bio” no tienen por qué tener en cuenta ese mayor cuidado con el respeto por el medioambiente dentro de sus procesos de producción. Y así, puedes encontrar en el mercado productos bio procedentes de procesos de producción industriales, o de agricultura y ganadería intensivas, que causan un alto impacto ambiental.
Así, podemos entender que un producto ecológico va a ser también siempre “bio”, pero no al contrario.
¿Qué es un producto orgánico?
En el caso de los productos orgánicos, en el contexto de la alimentación, estos serían los que se han producido sin necesidad de realizar un tratamiento químico. En el caso de los alimentos de origen vegetal, hablamos de productos cultivados sin usar pesticidas, herbicidas, fungicidas o fertilizantes artificiales.
De esta manera, podemos entender igualmente que todos los productos ecológicos van a ser, a su vez, también orgánicos, pero no a la inversa.
Y también podemos encontrarnos con productos que sean orgánicos, pero no “bio”. Por ejemplo, en el caso de vegetales cultivados sin emplear químicos, pero usando semillas transgénicas producidas mediante técnicas de ingeniería genética. Y también podremos encontrar productos catalogables como “bio” y orgánicos, pero que no puedan ser considerados ecológicos.
¿Qué es un producto sostenible?
En este caso, al hablar de productos alimentarios sostenibles estaríamos apuntando a un ámbito mucho más amplio que en el caso de los tres adjetivos anteriores. Así, haríamos referencia a la viabilidad de los procesos de producción de alimentos desde dos puntos de vista distintos: el económico y el medioambiental.
Estos alimentos sostenibles serían, por lo tanto, aquellos obtenidos mediante procesos de producción respetuosos con el medioambiente y con el tejido económico de las zonas de producción locales. Hablamos entonces, y principalmente, de modelos de agricultura y ganadería respetuosos con el entorno y responsables.
Sin embargo, al tratarse de un término más amplio, este sería también más laxo. Y así, podemos hablar de productos obtenidos de forma sostenible, sin que estos provengan de formas de agricultura 100 % ecológica, ya que en el caso de los productos sostenibles la principal prioridad es la de garantizar el bienestar económico y social de los productores locales.
¿Qué tipo de productos puedes encontrar en Freshis?
Aclaradas las diferencias existentes entre los productos ecológicos, bio, orgánicos y sostenibles, la siguiente pregunta que te puede surgir es qué tipo de productos de alimentación vas a encontrar en Freshis.
Pues, principalmente, en nuestra tienda online vas a encontrar todo tipo de frutas y verduras frescas y de temporada. Pero también vas a encontrar otros muchos productos de alimentación sanos, procedentes del campo y de la huerta. Desde aceite de oliva, todo tipo de panes ecológicos, mieles, huevos o quesos artesanos.
Todos estos alimentos naturales son cultivados y obtenidos de manera sostenible por nuestros agricultores y productores colaboradores, seleccionados cuidadosamente en base a nuestros criterios de calidad, salud y sostenibilidad. Y siempre que es posible, en función de la naturaleza de cada producto, estos te llegan a casa directamente de los productores locales que se encuentran en los alrededores de tu propia ciudad.
Además, en muchos casos, nuestras frutas y verduras y otros productos frescos del campo son también ecológicos, obtenidos de forma natural sin necesidad de químicos, pesticidas, fertilizantes, ni procesos de laboratorio o manipulaciones genéticas.
La mejor manera de hacer tu compra de alimentación para poder llevar una dieta sana de manera fácil, rápida y sencilla. Sin moverte de casa y en menos de una hora, directamente desde el campo, a tu mesa.
